sábado, 27 de junio de 2009

Marina

He andado muchos caminos, también he leído algún que otro libro, pero nunca he andado el camino de mi vida leyendo un libro como este. Ningún otro ha hecho florecer en mí tal sensación de dependencia. Tan solo uno, Dónde esté mi corazón, se asemeja a lo que se siente al leer Marina, de Carlos Ruiz Zafón.La historia te atrapa y al igual que las páginas, te vuelves prisionera de las cubiertas del libro. Mientras leía, el hecho de cerrar el libro era habitual. Leer Marina era una controversia de sensaciones: quería leer pero por otro lado quería dejar de hacerlo para que la historia no acabase, quería seguir leyendo porqué la relación que tenían Marina y Óscar se me hacía muy intrigante pero los tensos momentos que atravesaban hacían que me lo plantease. Carlos emplea un léxico parco en tecnicismos aún hablando en varias ocasiones sobre medicina.A criticar tan solo mi falta de habilidad para recordar las muchas relaciones que se establecen entre los diferentes personajes que aparecen a lo largo del libro. Personajes claves cómo Mijail Kolvenik, Germán o el doctor Shelley para el desarrollo de esta sublime historia.En lo referente al final era algo que me esperaba conforme pasaba página y aún sabiéndolo me fascinó de todos modos. La catedral que empieza a construir Óscar para Marina mientras esta estaba ingresada en el hospital, me pareció una prueba de amor muy verosímil y especial.Un libro que te envuelve y apasiona en cuanto empiezas a leer. Marina, te llevaste todas las respuestas contigo.

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