lunes, 22 de noviembre de 2010

Con dos tacones


Tú deberías saber que yo siempre he sido de Coco Chanel y no de Co-cocinar.
Carrie Bradshaw.


Año tras año, las veinteañeras vienen a la ciudad de Nueva York en busca de las dos letras: E de etiquetas y A de amor. Hace veinte años, yo fui una de ellas. Como me deshice del frenesí de las etiquetas muy pronto... decidí concentrarme en el amor.
Sarah Jessica Parker.


Ayer, sobre las dos de la mañana, me entraron unas ganas tremendas de disfrutar sin moverme de la cama. Abrí el portátil y puse Sexo en Nueva York 2 a reproducir. A partir de ahora, me declaro completamente enamorada de Carrie Bradshaw, de su vestidor y de sus Manolo Blahnik. Enamorada de lo idílico que comporta el modus vivendi neoyorquino y ante todo, enamorada de la filosofía de vida que emana Sexo en Nueva York en su conjunto.
Le estaré, señor Michael Patrick King, eternamente agradecida por crear un algo con lo que todas las mujeres a nivel mundial nos sentimos identificadas.
Porque entre nosotras, hombres, nos entendemos.

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