sábado, 18 de julio de 2009

Sorpresa

El momento que puede parecer el más bonito de tu vida como el primer beso, el primer cruce de miradas, la primera caricia o la primera vez que despiertas y tan solo hueles a él en tu almohada, puede provocar, como en un pequeño estallido, un momento de puro dolor. Entonces es cuando tienes que abrir las ventanas de par en par para que su recuerdo se lo lleve el viento y su presencia no te ahogue.
Tan solo un minuto de absoluta felicidad desencadena un profundo dolor.
Tan solo la felicidad está capacitada para sembrar el caos.

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